Es el minuto 113 en Río de Janeiro. Tras un pase de Kroos, Schuerrle arremete contra la portería y lleva el balón al área penal, donde se encuentra Götze. El número 19 toma el balón en el área de cinco metros con el pecho, dispara y marca. Alemania se convierte en campeón del mundo y los suplentes Götze y Schuerrle se convierten en los héroes de la final. El punto culminante de la carrera de los dos jóvenes jugadores.

En 2020, 6 años después, el mundo se ve completamente diferente. Queda poco de la fama del Mundial. Goetze busca un nuevo club sin contrato, Schuerrle incluso ha puesto fin a su carrera futbolística, a la edad de 29 años. Tras la rescisión del contrato con Schuerrle, el director general del BVB, Watzke, declaró: 'Definitivamente no fue una historia de éxito para ninguna de las partes'. Las mismas palabras describirían también la segunda etapa de Goetze en el BVB. Aquejado de enfermedades y lesiones, el centrocampista no pudo cumplir las altas expectativas que se esperaban de él. En el último partido de la temporada 2019/2020, Goetze ni siquiera estaba en la plantilla del BVB.

Ni siquiera en su etapa en el Bayern de Múnich, campeón histórico, Goetze fue capaz de ofrecer un gran rendimiento. Uno de sus entrenadores de entonces, Carlo Ancelotti, llegó a sugerirle que se marchara a otro club.

Precisamente esta forma de trabajar en el negocio del fútbol fue la que criticó André Schuerrle al terminar su carrera. En el fútbol, sólo cuenta el rendimiento en el campo. Según él, la industria no permite mostrar las emociones: 'Siempre tienes que desempeñar un determinado papel para sobrevivir en el negocio. De lo contrario, perderás tu trabajo y nunca conseguirás otro'.

Schuerrle describió su experiencia en Río como el mejor momento de su vida. 'Todo era perfecto. El espíritu de equipo, la organización, el hotel junto a la playa'.